LAS RODILLAS
Los dolores en las rodillas
son aliados que nos pueden ayudar a reflexionar sobre nuestra relación con la
jerarquía: la dominación y el sometimiento con lo que nos rodea; sobre nuestra
excesiva rigidez; e incluso nos puede invitar a dar un repaso autobiográfico de
nuestra salida del mundo adolescente.
La rodilla derecha es
el padre y símbolo de autoridad, poderes no materiales. La rodilla
izquierda es la madre y las fuentes de poder materiales.
La parte de atrás de las
rodillas, representa a los abuelos que son nuestros padres
verdaderos. De alguna manera, sea físicamente o no, todos tenemos o hemos
tenido algún problema de rodilla ya que es uno de los lugares en el que se
manifiesta a menudo el ego y nuestra conciencia de la relación espiritual con
nuestros padres y con la fuente de la vida.
Las rodillas son la segunda
articulación de las piernas. Cargan el peso del cuerpo cuando estamos de pie y
se necesitan para caminar, para subir y bajar escalones, para sentarse, para
descender, etc.
Las rodillas se relacionan con
el orgullo, el sometimiento, la modestia y la humildad.
Representan nuestra capacidad
de ceder, de soltar, en nuestra relación con los otros. No querer doblegar las
rodillas indica una actitud orgullosa e inflexible. Caer de rodillas es una
llamada a la humildad, a que abandonemos la arrogancia o el orgullo respecto a
alguna situación que estemos viviendo.
Las lesiones de menisco,
constituido por cartílago que hacen posible la articulación y rotación de la
rodilla, se producen a causa del sobreesfuerzo. Puede que con una excesiva actividad
exterior, huyamos desmesuradamente de solucionar algún conflicto interior. Tras
la operación de menisco, los afectados deben restringir el movimiento. A este
proceso, sería conveniente que le siguiera una toma de conciencia de cuáles son
nuestros límites y de qué manera los estamos trascendiendo, al tiempo que nos
deberíamos preguntar de qué asunto íntimo estamos “queriendo escapar”.
Los dolores en las rodillas
son aliados que nos pueden ayudar a reflexionar sobre nuestra relación con la
jerarquía: la dominación y el sometimiento con lo que nos rodea; sobre nuestra
excesiva rigidez; e incluso nos puede invitar a dar un repaso autobiográfico de
nuestra salida del mundo adolescente, por si algo que allí no se terminó de
elaborar, sigue llamando nuestra atención a través de alarmas en la zona
corporal que representa a esa edad, las rodillas. Si no dedicamos tiempo y
energía a solucionar los problemas del “submundo” referidos a lo anterior, todo
ese tiempo y energía se concentra en una hiperactividad fuera de nosotros,
demasiado orgullosos e inflexibles para admitir que debemos transformarnos, y
en esta huida desmesurada, se rompen los límites de nuestra capacidad física,
dando problemas en los meniscos.
En lugar de vivir
estos problemas de salud como algo negativo y sin sentido, sería mejor
escucharlos como si de maestros se trataran. Seguro que traen un mensaje
sanador para nosotros.
Las rodillas son la segunda
articulación de las piernas.
Cargan el peso del cuerpo
cuando estamos de pie y se necesitan para caminar, para subir y bajar
escalones, para sentarse, para descender, etc.
Como el cuello, se
relacionan con la flexibilidad, sólo que ellas hablan de inclinarse y
de ser orgulloso, del yo y de la obstinación. Con frecuencia, cuando avanzamos,
nos da miedo inclinarnos y nos ponemos tiesos. Y eso vuelve rígidas las
articulaciones.
Queremos avanzar, pero no
cambiar nuestra manera de ser.
Por eso las rodillas tardan
tanto en curarse, porque está en juego nuestro yo.
Las rodillas tardan en curarse
porque en ellas están en juego nuestro orgullo y nuestra autojustificación.
La próxima vez que tenga algún
problema con las rodillas, pregúntese de qué está justificándose, ante qué está
negándose a inclinarse. Renuncie a su obstinación y aflójese. La vida es fluencia
y movimiento, y para estar cómodos debemos ser flexibles y fluir con ella. Un
sauce se dobla y se mece y ondula con el viento, y está siempre lleno de gracia
y en armonía con la vida.
- Falta de humildad
- Rigidez mental
- Resistencia en avanzar
- Conflicto con la autoridad
- Arrogancia, obstinación y resistencia que
hace que avancemos con sufrimiento
- Resistencia emocional al curso de los
acontecimientos
- Conflicto irritación mental que nos impide
aceptar las cosas
- Sometimiento a nuestro egoísmo
- Humildad
- Aceptación
- Entrega
Las rodillas se relacionan con
el orgullo, el sometimiento, la modestia y la humildad.
Representan nuestra capacidad
de ceder, de soltar, en nuestra relación con los otros. No querer doblegar las
rodillas indica una actitud orgullosa e inflexible.
Caer de rodillas es una
llamada a la humildad, a que abandonemos la arrogancia o el orgullo respecto a
alguna situación que estemos viviendo.
BLOQUEO MENTAL:
Este dolor te dice que dejes
de creer que eres flexible. Recuerda que tu cuerpo siempre quiere advertirte de
algo de lo que no eres consciente. No tienes por qué tener miedo de perder el
control si aceptas las ideas nuevas de los demás y si permites enfocar tu
porvenir o el de aquellos a quienes amas de otra manera. No tienes que seguir
creyendo que doblegarte quiere decir arrodillarte ante los demás o ser una
persona sumisa.
Tu inflexibilidad puede
provenir del miedo a ser como tus progenitores. Date cuenta de que eres un ser
distinto a tus padres y que, aun cuando existan similitudes, tú puedes dirigir.
En las constelaciones familiares
cuánticas puedes lograr ese equilibrio para mejorar tu salud, ubicando el
origen de estas dinámicas familiares que te tienen enferm@ y sanarlas, sanando
a todo tu sistema familiar.
RECOPILADO
POR
Eduardo
Rivas
·
Maestro Reiki Usui Tibetano
·
Maestro Reiki Heiwa To Ai
·
Terapeuta de Respuesta Espiritual
·
Constelador Familiar
·
Terapeuta de Ho oponopono
Mas información en FORMACIÓN INTERNACIONAL DE CONSTELACIONES FAMILIARES CUÁNTICAS (formacionysanacionholistica.blogspot.com)
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